Pentecostés, o cuando el Espíritu sopla entre nosotros

“Porque su Espíritu nos une” y “Somos uno en el Espíritu del Señor”

La cita corresponde a canciones que tradicionalmente cantamos en las reuniones y en los cultos de nuestra Iglesia. En ellas  afirmamos que nuestra unidad y la fuerza que nos moviliza es precisamente el Espíritu de Dios.

¿Dónde lo vemos en la Biblia?:

En el Antiguo Testamento se relaciona frecuentemente al Espíritu de Dios con el aliento  de vida. Lo que tiene vida, tiene en sí al Espíritu de Dios.  Es el mismo Espíritu que flota sobre el agua en el principio (Génesis 1:2).

Algunas personas pudieron disfrutar de este Espíritu como una herramienta de poder. Así los profetas Elías y Eliseo. Por lo general los profetas gozaban del poder del Espíritu para discernir las injusticias.

En el Nuevo Testamento, el Espíritu de Dios es el que guía a Jesús tanto al desierto para su preparación,  como para comenzar con su misión. (leer Lucas 4:14 y Mateo 12:18).

¿Cómo se vincula con Jesús?:

Tanto en el nacimiento como en el bautismo de Jesús queda claro que es el Hijo de Dios, guiado por el Espíritu. Las obras, como las palabras de Jesús,  son en el fondo el Espíritu de Dios mismo en acción.

Jesucristo en su despedida promete a sus discípulos que el Espíritu de Dios es el que va a prevalecer junto a, y en, ellos para  acompañarlos, consolarlos, darles fuerzas (Juan 14-16).

Es a partir de esta promesa, que sopla esta fuerza y anima a los discípulos a salir y darse a conocer como seguidores de Jesús. Pedro comienza a hablar, a dar testimonio a predicar y esa verdad dicha y hablada, que a su vez comienza a generar fe. Esa fe basada en el Espíritu Santo es la que va generando a la nueva comunidad, la nueva iglesia.

¿Cómo se vincula con nosotros y cuáles son sus dones?:
Este mismo Espíritu regala y  da sin intereses los dones con los cuales se va construyendo su iglesia.
Los dones son precisamente el de la unidad, el del servicio, el de la enseñanza, el de la animación, el de curar enfermos, entre otros. Dios en Pentecostés vuelve a soplar entre nosotros, para que su Espíritu se haga carne en nosotros. Abrámonos en esta fecha para que podamos ser vía, canales y herramientas de este Espíritu, que quiere reavivar a nuestra Iglesia Evangélica del Río de la Plata.

pastor Waldemar von Hof