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Un lugar para los sin tierra, el diálogo entre la fe y la migración

Como parte de los festejos del centenario de la Congregación Evangélica del Río de la Plata, el jueves 9 de junio el doctor en teología Daniel Beros realizó una presentación en el salón parroquial de la IERP Alem. En la misma desarrolló un interesante análisis entre la relación existente entre la inmigración y la búsqueda de un espacio
en el cual vivir su fe.


Un lugar para los sin tierra: experiencia histórica y lenguaje de la fe de los alemanes de Rusia - testimonio
Durante el siglo XVIII hubo una gran migración dese Alemania hacia Rusia. La misma se llevó a cabo a partir de las promesas rusas y además partía desde la necesidad de buscar un mejor lugar en el cual desarrollarse. Lo cierto es que se encontraron con una situación muy difícil. No todos los que emigraron eran campesinos y sin embargo allí fueron obligados a cultivar la tierra y trabajar el campo. Esta situación se agudizó y después de cien años,, con la revolución bolchevique, se puso aún más crudo todo. Entre otras cosas se les prohibió hablar alemán y empezó una política de rusificación.
En ese momento había estados (entre ellos Argentina, Brasil, México y Estados Unídos) que promovían una migración desde Europa. Estados Unídos exigía una seria de condiciones económicas. Por esa razón los más pobres decidieron emigrar hacia América del Sur.


Un viaje por engaño:
Los primeros inmigrantes ruso alemanes comenzaron a llegar a la Argentina a partir de 1878. Ante la oferta de parte de Argentina y Brasil, fueron enviados emisarios y a su regreso una gran cantidad de personas compró sus tickets hasta Brasil. En ese interín y debido a una competencia entre ambos países, las autoridades argentinas hicieron un arreglo con las autoridades aduaneras brasileñas para que ciertos barcos se desviaran de las costas brasileñas y así llegaran hasta Buenos Aires. Muchos de los inmigrantes que llegaron a la Argentina estaban convencidos que en verdad estaban en Brasil. De esa manera muchos inmigrantes que se asentaron en la Argentina en verdad llegaron engañados.


Los destinos en Argentina:
El gobierno Argentino propuso dos destinos para los ruso alemanes recién llegados. Por un lado la zona de Olavarría (provincia de Bs As), donde hacía muy poco tiempo se habían expulsado a los aborígenes y por otro lado Diamante en la provincia de Entre Rios. Hubo una tercera provincia que entró en la puja por asentar a algunos inmigrantes en sus tierras y fue Santa Fe. Cuando salieron los barcos desde el Puerto de Buenos Aires hubo un intento de hacer lo mismo que sucediera entre las autoridades argentinas y la aduana brasileña. De hecho hubo un desvío y quienes tenían como destino a Diamante, terminaron en Santa Fe. Pero esta vez los inmigrantes no se quedaron pasivos y exigieron que se los lleve al destino prometido.


El acceso a la tierra:
Los primeros inmigrantes ruso alemanes tuvieron un pronto acceso a la tierra, lo cual les facilitó su inserción y su desarrolló, pero con el tiempo esta posibilidad se les fue negando cada vez más. Los que fueron llegando más tarde no tuvieron otro remedio que ser arrendatarios de las grandes estancias. La práctica que se fue extendiendo entonces fue la de traer inmigrantes para que limpien y pongan en condiciones los campos, pero una vez que este trabajo estaba realizado, se prescindía de ellos. Esto se llevaba a cabo en un lapso de unos 4 años por lo general. Esto hizo que una y otra vez los ya inmigrantes debían migrar  constantemente por el interior de la Argentina.
Muchas veces cuando se habla de los inmigrantes en Argentina se cuentan las historias doradas, pero se olvida mencionar la tristeza y el dolor, entre otras cosas todo lo que implicaba esta práctica del arrendamiento.


Un canal de encuentro en medio del desencuentro:
Durante su investigación histórica, el Doctor Beros hizo un profundo análisis de una publicación de la época que dirigía el pastor Jacob Rifel. Se trata de un diario en el cual se abrió una especie de correo del lector. Ese espacio, lentamente se fue transformando en el canal a través del cual las personas comenzaron a compartir sus pesares y lo que significaba ser inmigrantes esparcidos en diferentes provincias argentinas.
De ese análisis lo que se desprende es la necesidad de encontrar un hogar, una patria, un terruño... la tierra prometida!.

Los modos de interpretar / entender esa tierra prometida fueron al menos cuatro:
- La patria perdida: en este aspecto se hablaba de Rusia y de lo que quedó en el pasado.
- La tierra prometida: una tierra que vendrá en el futuro y que en algún  momento se va a encontrar (en ella los zapallos serán grandes y los ríos serán de vino).
- Alemania la madre: que le iba a dar su antiguo lugar que perdieron (la patria perdida)
- Grupo de hermanos: un grupo de laicos piadosos de la provincia de Entre Ríos que llamaron la atención diciendo que la patria no era el nazismo, sino la patria celestial que estaba en el cielo.

Compartimos dos de esos testimonios en los cuales se refleja parte de lo que vivían esos inmigrantes protestantes de esa época.

Con el sudor de tu frente:

"Deberás comer tu pan con el sudor de tu frente", dice la Biblia. Nosotros
debemos pensar en la verdad de esa palabra muy especialmente ahora
en este tiempo de cosecha. Si leemos sobre lo que ocurre actualmente
en Rusia, entonces podemos aún alegrarnos de que podemos vivir nuestra
religión sin ser molestados. Ojalá que ello permanezca así en este país.
Por cierto, aquí en la tierra solo somos extranjeros, nuestro hogar, está
allí arriba, en la luz
 
(Testimonio de María Catalina Eichmann de Wiesner 6 de diciembre de 1929)

Preguntas en ocasión del año nuevo:

¿Desde dónde? Desde 1948 ¿Hacia dónde? Al año 1949
¿Desde dónde vienes? ¿Hacia dónde vas? así preguntan los caminantes peregrinos al encontrarse. Según sea la respuesta, se dice entonces ¡ve con Dios!
y cada uno sigue su camino. O ellos se unen para caminar juntos hacia adelante.
¿Desde dónde, hacia dónde? esas son entre nosotros las preguntas principales
que nos hacemos unos a otros los seres humanos cuando nuestros caminos se cruzan. Todo lo que le preguntamos a otros seres humanos, por cosas importantes o superfluas, por su trabajo o su descanso, por su bienestar o incluso por su vida interior, en el fondo todo, todo confluye en esas dos preguntas: ¿Desde dónde? ¿Hacia dónde? ¿Estuviste en el campo? ¿Estuviste en Buenos Aires o recién llegas a la ciudad de millones donde hay tantos seres humanos y donde el individuo puede estar tan sólo y abandonado? ¿Qué es lo que has logrado y que es lo que tienes todavía por hacer? ¿Tienes una meta en la vida?
¿Desde dónde? ¿Hacia dónde? Así no solo le debemos preguntar a otros, sino también a nosotros mismos. Nuestra vida es una peregrinación, como cantamos en el himno de año nuevo: "vamos y peregrinamos de un año al otro" y sin embargo la respuesta a ambas preguntas sobre el donde y hacia donde no es tan sencilla. Todo depende del que ingresemos al camino al año  conscientemente ¿Cómo ingresamos a él? ¿Vamos de necesidad en necesidad? ¿De una preocupación a otra preocupación? ¿De un trabajo a un nuevo trabajo? ¿Tal vez incluso de una dispersión a otra dispersión?. Con certeza más de uno mira desconsoladamente hacia el año viejo y con esperanza al nuevo, o con profunda vergüenza hacia el viejo y buenos propósitos hacia el año nuevo. Un  viejo y querido canto popular responde a la pregunta: "¿Qué es lo que te mortifica tanto?, no puedo regresar al hogar pues ya no tengo patria". No tener aquí ningún hogar duele. Pero no saber de hogar alguno, eso es terrible. En el nuevo año no queremos olvidar: "La casa del Padre siempre está cerca, no importa lo cambiante que sea el destino, la cruz del Gólgota es patria para los apátridas"
¿Desde dónde? ¿Hacia dónde? ¡Que serias son esas preguntas! El nuevo día del año está en su comienzo como un gran signo de pregunta. Pero solamente las preguntas no nos pueden ayudar, ni hacernos plenamente felices en la fe, sino sólo una clara y precisa respuesta. Bienaventurado aquel que ante todas las preguntas encuentra la recta respuesta.
¿Desde dónde? desde Dios ¿Hacia dónde? hacia Dios. Con los mejores deseos en ocasión del año nuevo.

(Testimonio de Enrique Heier 19 de enero de 1949)

Luego de este interesante diálogo, el doctor Beros concluyó diciendo que  "se puede ver en ambos testimonios el modo a través del cual se entremezcla constantemente la vida y la Biblia. Es sin dudas un enorme desafío para la vida de cada cristiano cuando se encuentre  frente a las mismas preguntas. Es un anhelo y una esperanza poder contar, al igual que los testimonios, con la cercanía del Dios".

Un lugar para los sin tierra, el diálogo entre la fe y la migración Un lugar para los sin tierra, el diálogo entre la fe y la migración Reviewed by Proyecto Buscando Ser Tierra Fértil on 22:18:00 Rating: 5

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