Sacando tierra, reflexiones a la luz de un nuevo año

Cuentan
que en cierta oportunidad en el campo un buey se cayó en un pozo muy
angosto. Hicieron mucho esfuerzo para sacarlo, pero era imposible. El
pozo era muy
angosto y era extremadamente difícil, aun para una persona, salir
hacia la superficie.
El buey
berraba lastimosamente por el susto y por encontrarse encerrado en el
pozo y quería salir. Mientras tanto, el hombre estuvo pensando qué
hacer para poder sacarlo de ahí.
Era mucho
más fácil enterrar al buey que hacer enormes esfuerzos para
sacarlo y entonces pidió a
sus vecinos que vinieran a ayudarlo. Cada quien
trajo sus palas y comenzaron a arrojar tierra en el pozo.
Al
principio, el buey se dió cuenta de lo que estaba pasando y comenzó
a gritar y llorar aun más fuerte, pero en un momento y para
sorpresa de todos los presentes, el animal se calló.
Un rato después y luego de varios kilos de tierra vertidos sobre la
zanja, el hombre finalmente se asomó para ver si el buey ya estaría
muerto.
Tiró una palada más de tierra y se dio cuenta lo que en verdad estaba pasando. Lo que ocurrió fue que con cada pala de tierra que era arrojada, el buey estaba haciendo algo sorprendente. Se sacudía la tierra que caía sobre su espalda y cuando la tierra caía al piso, el buey se paraba sobre esta tierra y se ponía un poco más arriba. Así fue subiendo lentamente, con cada palada de tierra a la superficie. Con cada palada que le caía encima, el se sacudía y se paraba sobre ella.
Tiró una palada más de tierra y se dio cuenta lo que en verdad estaba pasando. Lo que ocurrió fue que con cada pala de tierra que era arrojada, el buey estaba haciendo algo sorprendente. Se sacudía la tierra que caía sobre su espalda y cuando la tierra caía al piso, el buey se paraba sobre esta tierra y se ponía un poco más arriba. Así fue subiendo lentamente, con cada palada de tierra a la superficie. Con cada palada que le caía encima, el se sacudía y se paraba sobre ella.
Todos
se sorprendieron de ver que el animal finalmente consiguió llegar
hasta la superficie y pudo salir de lo que era una muerte segura.
Para promediar esta meditación quiero citar un texto escrito por el Apóstol Pablo, que dice así:
"Si yo hablara lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a
ser como metal resonante, o címbalo retumbante. Y
si tuviera el don de profecía, y entendiera todos los misterios, y
tuviera todo el conocimiento, y si tuviera toda la fe, de tal manera
que trasladara los montes, y no tengo amor, nada soy. Y
si repartiera todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y
entregara mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me
sirve" (1 Corintios 13: 1 - 3).
Que bueno sería dejarnos guiar por este texto duranto el 2013.
Todos lo sabemos: la vida muchas nos coloca en situaciones en las que nos podemos sentir dentro de
un pozo en el cual nos caen las paladas de tierra encima. En esos momentos uno puede optar por dejarse
vencer o más bien tomar la actitud del buey, que de un camino que
parecía imposible de salir, pudo mirar hacia la vida. Defender la
vida propia y la de los demás, la vida de nuestra naturaleza y de lo que nos rodea. Realmente se hace necesario decir una vez más que el único modo de hacerlo es
tal cual como lo expresa el apóstol Pablo: Si existe el amor y si
todo lo que se hace es practicado desde esa lógica (aún pensando y
viviendo diferente algunas cosas), entonces siempre habrá posibilidad de buscar caminos.
La
vida está llena de retos. Algunos pueden querer derribarnos o hacer
que nos arrodillemos. Lo que el amor es capaz de hacer no es contar
las veces que nos caemos, sino cuantas veces somos capaces de
sacudirnos de aquello que nos daña para seguir adelante. Amando y
siendo amado, el camino se nota un poco más llano.
Feliz año para todos y todas
pastor Eugenio Albrecht
Sacando tierra, reflexiones a la luz de un nuevo año
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21:45:00
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